Sensibilidad

La sensibilidad de Leonard Elschenbroich y Alexei Grynyuk trasciende los límites del lenguaje, el tiempo y el espacio. Sumergirse en su interpretación es adentrarse en un vórtice de emociones; en una burbuja donde lo externo parece dejar de existir.

Sus dedos, delicados y precisos, son una extensión tangible de sus almas. 

Escucharlos es estar en el "aquí" y el "ahora".

Fuerza

Hay fuerza en el silencio y en la delicadeza. Hay fuerza en las miradas cómplices, en la sonrisa, en el abrazo. Hay fuerza en el público que observa, que escucha, que siente. En el piano y el legato, en las manos que acarician y que empujan las teclas, las cuerdas, el arco.

La fuerza es la manifestación palpable de la vitalidad que late en cada corazón humano.

Hay fuerza porque hay vida.

Magia

Un dueto es más que la suma de dos individuos; es un organismo vivo en el escenario. En el éxtasis de la interpretación, incluso sus respiraciones convergen en una cadencia única, como si el aire mismo se volviera música entre ellos. 

El público también se une a esta sinfonía humana. Las cabezas se balancean al unísono. El concierto concluye al compás de un aplauso que parece eterno.

Se prolonga la magia más allá de las notas finales.